viernes, 15 de mayo de 2009

Imperfecta


Y hoy siento que en la perfección no hay puertas.

Ni ventanas.

La perfección nos encierra.

Es una rama seca,
un desabrido universo.

Y yo que quiero herir mi lengua
lamiendo errores.

Quiero liberar pájaros.

Borrar fronteras, derribar muros.

Gritar dudosas verdades o verdaderas dudas.

Creer en la magia y maldecir los milagros.

Vestir de lujo al infierno,
para mudarme a ese aislado paraíso.

Todo eso en mi imperfecta existencia,
llena de puertas apenas entornadas
llena de ventanas abiertas.

4 comentarios:

  1. Gracias a que somos imperfectos la vida tiene algo de salsa, y el aliciente de que gracias a los fracasos aprendemos y aunque nos caigamos volvemos a levantarnos y a intentarlo de nuevo.Sería muy gris la perfección absoluta. Así que es bueno que caminemos hacia esa perfectibilidad inalcanzable.
    Así que, sigamos como dices con las puertas apenas entornadas y las ventanas abiertas.
    Un beso.

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  2. Gracias, Daniel. Estoy absolutamente de acuerdo: la perfección sería muy gris.
    Besos.

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  3. Marce: esto me está gustando muchísimo

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