lunes, 6 de abril de 2009

Vida

La vida era para él como un río fresco. Se elevaba y flotaba como un barrilete. Luego caía como una cascada.

Pensaba que muchos creerían, al verlo así, sentado, que esperaba a alguien, o algo.

Pero él no esperaba nada. Solo se dejaba estar, más vivo que nunca, más activo que nunca.

Sentado veía a la vida frente a él, libre, sacudiendo los colores, enroscándolos en una melodía interminable.

La vida era para él, y nunca había deseado otra cosa, un cuadro vivo, luminoso, musical, contradictorio y hermoso. Y él era el protagonista.

foto tomada prestada de acá.

5 comentarios:

  1. Muchas veces me he preguntado qué pasa por la cabeza de un anciano sentado en un banco. Quizás tú has desvelado el secreto.
    Un beso.

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  2. Perfecto me parece que en determinado momento de la vida lo mejor es dejarse llevar y contemplar todo, ver pasar el día con la sensación de la labor cumplida. Ojala uno pueda llegar a ese estado.

    Besos!!

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  3. - La vida es tan antojadiza y ese hombre, no importan los años, en esa plaza sabe saborear el encuentro. Besos. Ade

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  4. Emotivo post. Un abrazo y gracias por tus letras. Espero que tengas buenas vacaciones de pascua.

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