Por un tiempo indeterminado, debido a esas complicaciones inesperadas que le dan sal a la vida (demasiada, a veces), voy a actualizar únicamente mi blog Anábasis.
En realidad, esto de tener varios blogs, me gusta bastante, de modo que se que volveré a actualizar este espacio, pero, por ahora, intentaré mantener al menos uno, en el que se mezclarán cuentos, poesías, delirios y demás abusos de las palabras que suelo hacer.
domingo, 7 de junio de 2009
miércoles, 27 de mayo de 2009
Historias susurradas por canciones
Suele pasarme.
No es la primera vez, y no será la última.
Me abrazo a una canción y no la suelto durante un tiempo.
Camino por la calle escuchando esa canción, ignorando los otros sonidos del universo.
La tarareo si no puedo escucharla.
Tom Waits tiene un récord inalcanzable de canciones que se me enredan en la piel.
Esta canción siempre está, pero estos últimos dos días, me acompaña a todos lados.
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Tom Waits
viernes, 15 de mayo de 2009
Imperfecta
Y hoy siento que en la perfección no hay puertas.
Ni ventanas.
La perfección nos encierra.
Es una rama seca,
un desabrido universo.
Y yo que quiero herir mi lengua
lamiendo errores.
Quiero liberar pájaros.
Borrar fronteras, derribar muros.
Gritar dudosas verdades o verdaderas dudas.
Creer en la magia y maldecir los milagros.
Vestir de lujo al infierno,
para mudarme a ese aislado paraíso.
Todo eso en mi imperfecta existencia,
llena de puertas apenas entornadas
llena de ventanas abiertas.
martes, 12 de mayo de 2009
domingo, 10 de mayo de 2009
Trebejos
Me gusta el ajedrez.
Un chico de cinco años, mas o menos despierto, me gana cualquier partida, sin dudas.
Pero me gusta el ajedrez. Me gusta la idea del juego. Me gusta el poder de la reina. Me gustan los trebejos tan hábiles en su mundo cuadriculado.
Me gusta la seguridad que muestran para bailar en los casilleros, como ignorando la mano que los mueve, seguros de las decisiones que creen tomar...
Creo que nunca sabré lo suficiente de aperturas y enroques... Pero me gusta el ajedrez.
(foto: King's solitude - La soledad del Rey- Marshall Flickman)
Un chico de cinco años, mas o menos despierto, me gana cualquier partida, sin dudas.
Pero me gusta el ajedrez. Me gusta la idea del juego. Me gusta el poder de la reina. Me gustan los trebejos tan hábiles en su mundo cuadriculado.
Me gusta la seguridad que muestran para bailar en los casilleros, como ignorando la mano que los mueve, seguros de las decisiones que creen tomar...
Creo que nunca sabré lo suficiente de aperturas y enroques... Pero me gusta el ajedrez.
(foto: King's solitude - La soledad del Rey- Marshall Flickman)
miércoles, 6 de mayo de 2009
Otoño
Llega el frío y los árboles se desnudan, porque las hojas no les pertenecen.
Las sueltan entonces al viento y el viento, que es muy sabio, las deja caer en plazas y calles después de haberlas hecho jugar a volar un rato.
Hay que soltarlo todo.
Inclusive a uno mismo.
Soltarse y jugar con el viento.
Las sueltan entonces al viento y el viento, que es muy sabio, las deja caer en plazas y calles después de haberlas hecho jugar a volar un rato.
Hay que soltarlo todo.
Inclusive a uno mismo.
Soltarse y jugar con el viento.
martes, 5 de mayo de 2009
Arco iris
Simplemente busqué la cámara y saqué la foto.
Después noté que se veían cables cortando el cielo, de una forma muy antiestética. Con un programa recorté la imagen. Después vi los ladrillos que barnizamos hace años y que necesitarían una nueva mano de alguna pintura y también recorté lo más que pude.
Los árboles eran sombras negras y aumenté el contraste para disfrutarlos aún más. El arco iris (protagonista de la foto) nacía en la nada y se perdía en las ramas...
Después de tanto toqueteo me pregunto si la foto no estaba mejor antes...
Después noté que se veían cables cortando el cielo, de una forma muy antiestética. Con un programa recorté la imagen. Después vi los ladrillos que barnizamos hace años y que necesitarían una nueva mano de alguna pintura y también recorté lo más que pude.
Los árboles eran sombras negras y aumenté el contraste para disfrutarlos aún más. El arco iris (protagonista de la foto) nacía en la nada y se perdía en las ramas...
Después de tanto toqueteo me pregunto si la foto no estaba mejor antes...
sábado, 2 de mayo de 2009
El sombrero.
De regalo de navidad pidió un sombrero. Uno igual al de su papá. Moderno y elegante.
Como había sido un niño bueno, no se sorprendió al desenvolverlo esa mañana.
Estaba muy feliz y en el espejo hizo muecas probándoselo.
Sin embargo, para la foto, eligió una expresión seria.
Porque quería ser todo un hombre, responsable y maduro.
Como su papá.
martes, 21 de abril de 2009
Números
No creo en números buenos o malos, lindos o feos, o relacionados con la buena o la mala suerte.
Nací un día 13, por ejemplo, y mi vida, como todas, tiene altibajos, en nada relacionados con la suerte.
Siendo los motivos de felicidad tan personales, las realidades suertudas o no, deben serlo también, y eso hace que los "golpes de suerte" naturales de la vida, sean considerados por algunos buena y por otros mala suerte, dependiendo del momento, del carácter, de las expectativas de la persona.
Pero... (porque en mi vida todo tiene un pero, hasta las convicciones más profundas) me gusta el número dos, y su inmediato seguidor, el 3.
Aprovecho para dejar en claro que el famoso, dos son compañía, tres son multitud, es mentira.
Dos es el universo, y tres el paraíso.
¿Para qué más?
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