- Lamento mucho que tengas que quedarte. Agradezco no tener raíces - se despidió la gaviota de la rosa roja. Voló lejos, muy lejos, siguiendo la libertad de sus deseo y el viento y el sol en las alas. Pero al llegar a su destino, en una isla lejana, se sorprendió al ver a la rosa, ahora blanca, esperándola.
Algunas de las fotos de este blog son personales, pero también agrego fotos que me gustan y que encuentro por ahí. Lamentablemente muchas veces no se el nombre del autor. Si alguna de estas imágenes no puede ser exhibida en mi blog, agradeceré que se me informe y será retirada, del mismo modo que si alguien conoce al autor, me encantaría saber quien es, para darle el crédito y agradecerle el placer que me provoca su trabajo. De todos modos quiero aclarar que las fotografías yo no las busqué... Me siguieron hasta acá...
Eso mismo le debe de pasar a los marineros.
ResponderEliminarBeso
Seguro. Viajan por todo el mundo, y en definitiva, en todos lados los esperan quienes tienen raíces. Beso.
ResponderEliminarNunca te vas del todo de ningún sitio
ResponderEliminarEs cierto dalla, sin dudas.
ResponderEliminar