Antes de él, los girasoles, los campos, el sol, no eran tan amarillos. El les dió ese color, lamiendo con furia la punta del pincel, intoxicándose con la pintura, encendiendo velas pegadas a su sombrero de paja para iluminar la oscura noche que recorrió, para darle tanta luz a su pintura...
Que hermoso lo que escribiste de lo hermoso de vincent.
ResponderEliminarAqui mas tranquilo...sin sus cuervos.
besos
Gracias, Pablo.
ResponderEliminarHabía fuego en las pinturas de Van Gogh... Yo admiro mucho sus cuadros...
Besos.